Resumen Mirror's Edge 2... Nah, es broma, es del 1.

Están hablando mucho sobre un Mirror's Edge 2, y como en este blog podemos hacer algo bien, cosa que nos hemos propuesto con escaso éxito, pues he decidido daros el placer de ver un artículo sobre Mirror's Edge (pero el uno, eh, no nos emocionemos)


Nosotros controlamos a Faith, una persona asiática con ascendencia de las Tortugas Ninja que le gusta correr en horizontal y pegar puñetazos, ¿el motivo? Llevar la información de un lugar a otro. Aunque durante todo el juego solo transportamos un maletín, entre ostia y ostia podemos encontrarnos alguno que otro y ya de paso cogerlo (porque eso no pesa, pero una simple pistola para estar un poco en igualdad con los temibles policías, sí). Aunque no todo es felicidad en la vida de nuestra amiga, un día estaba Faith tan tranquila saltando a 400 metros del suelo por tejados y corriendo por paredes cuando de repente... ¡ZASCA! Su hermana (policía) y ella se ven envueltas en un lío de no te menees y como te menees tiro en la cabeza, obviamente esto desemboca en una orgía desenfrenada de saltos y patadas en la que Faith es la protagonista y los policías los que son ostiados. Tras muchas idas y venidas de perseguir personas que también les gusta hacer el parkour bestia, o como yo lo llamo; el hardkour, se encuentra con la cruda realidad, o hace algo, o su hermana las pasará muy putas.

Y ahí viene el final, un final de esos en los que te quedas mirando la pantalla con las babas a la altura del codo y la cocina en llamas, de esos que en la mayor dificultad es imposible pasarse porque te funden contra el suelo a tiros... Y os contaría el final, pero como no soy un spoileador de mierda y además tengo que ver si hago algo con mi vida, os dejo reflexionando sobre este mini-articulo, de este gran-juego que ha sido maltratado por las ventas, o como dice la Sgae: ¡¡la puta piratería!!

No os olvidéis de dejar un comentario, sí es para insultar, me adelantaré: ¡Tu perra vida!


CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario

Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
Back
to top