Sorprendido por no dejar de sorprenderme.


Monotonía, cansancio, aburrimiento. Abrumado por la verdadera cara de algunas personas, sorprendido por no dejar de sorprenderme.
Supongamos que esta noche no estoy cansado, supongamos que nada ha pasado, supongamos que por más que te odie no dejo de quererte. Algún día tenía que ocurrir, ha tardado para bien o para mal, pero ahora es cuando hay que ser fuerte, olvidarse de todo, tirar del lastre de esta relación y salir a flote, a la espera de que algún náufrago como nosotros nos recoja.
Yo me dejaré llevar por la corriente, es mucho más fácil, mucho más directo, y, sobretodo, menos doloroso. No quiero seguir sorprendiéndome, pero no siempre querer es poder.

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Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
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