Ciudad blanca II


-Cariño, mi jefe me ha enviado a Vitoria por asuntos de trabajo, ¡me pagarán muy bien! -Dijo Mateo con una sonrisa en la boca.

 -Nunca estás en esta casa mucho tiempo, tan solo lo justo para descansar y alimentarte. Nos tienes abandonados.

 -Pero cielo, ya sabes que son cosas de trabajo. Necesitamos ese dinero.

 -Dichoso trabajo, la vida no está hecha para malgastarla trabajando, ¡se trabaja para vivir y no al revés! 

-Lo sé...

 -"Lo sé" dices con esa cara de importarte una mierda lo que te digo.

 -Claro que me importa, pero no puedo parar de trabajar. Es el único medio para dar un futuro a nuestros hijos y a nosotros.

 -A cambio estás desperdiciando el presente, vives por y para esa empresa.

 -No quiero discutir más.

 Mateo se fue a las habitaciones de sus hijos, le tranquilizaba ver como dormían. Esperaba que esa sonrisa no se les quitara de la cara nunca. Le acarició el pelo a Marta, la hija más pequeña, y le dio un beso en la frente. Ella tenía el mismo carácter que la madre, no se le podía llevar la contraria sí querías ver un nuevo día... Y eso le fascinaba.
Mateo quería arreglarlo con su esposa antes de irse, quería decirle te quiero para que no se le olvidara, para que cada mañana que viera el sol sintiera que hay alguien que se acuerda más de ella que ella misma, para que cada vez que se derrumbe sienta ese "te quiero" como un colchón, como un saliente al que agarrarse. 

-Mi vida.

 -¿Sí? -Dijo con indiferencia.

 -Te quiero. Espero que no se te olvide nunca.

 -Lo sé, pero mucha veces dudo de a quién quieres más.

 -No digas bobadas.

 -Tu trabajo te absorbe. Si te pararas un segundo a verte delante del espejo te darías cuenta de lo que has cambiado.

 Se dirigió al espejo y se inspeccionó la cara. Su mujer llevaba razón, ya no había ni rastro de aquél joven con ganas de rebeldía. Todas las marcas de su piel transmitían seriedad, aburrimiento, monotonía. Él, el propio Mateo, había caído en la más terrible de las trampas, la rutina. Se había dado cuenta tarde, poco había que hacer ya.

CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario

Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
Back
to top