Saw 3D. Ya basta de secuelas, por favor.

Hacía mucho que no iba al cine, pero ayer me ofrecieron ir a ver la última película de la saga Saw. Con la esperanza de que dejasen de lado el morbo y las vísceras, acudí a la sala, aunque no muy convencido. Que iluso que fui.

Todo el factor agobiante de aquella película rodada allá por el 2004 quedó atrás. Eso no son más que retales. Ahora solo queda un popurrí de juegos macabros sin sentido alguno. Las pruebas son cada vez más retorcidas e inexplicables. Sinceramente, me gustaría saber cómo un fugitivo al que la ley le pisa los talones, es capaz de construir semejantes trampas, dignas del mejor genio del mal. Por eso, y porque en esta película la policía sufre un auténtico retraso mental, cualquiera que se tome Saw 3D en serio, es que no tiene ni dos dedos de frente.

Todo eso por no hablar de que la historia que empezaron a ridiculizar desde la tercera película, ha perdido el poco sentido que le quedaba. Todos los personajes se dividen en dos categorías: bobos y sociópatas. Además, asistimos a los sesenta segundos más largos de la historia del cine. Menudo error de traducción.

Desde mi punto de vista, la primera parte de la saga, tenía un final tan inesperado que la elevó del infierno de las películas mediocres al limbo de las buenas y las aceptables. La segunda parte, me pareció ligeramente mejor que su predecesora, quizás porque la idea de reunir a todas esas personas y jugar con ellas a una especie de Gran Hermano diabólico, es realmente perverso. La tercera, fue un gran bajón. En la cuarta, me hice tal lío de personajes que preferí ponerme a leer. La quinta la vi mientras chateaba por el tuenti, y la sexta ni siquiera me plantee su visionado. Ésta última, que espero que sea la definitiva, aparte de guardar bastantes similitudes con la tercera, no hace sino confirmar la falta de originalidad en una industria como es el cine de "suspense".

No soy un crítico de cine especializado, pero creo que no hace falta mucho para sacar defectos a Saw 3D. Incoherencias y actuaciones forzadas se pelean el puesto por ser las auténticas protagonistas. Es una película fácilmente olvidable, y que desde luego no pasará a la historia, pero también es cierto que las hay mucho peores.

No podía despedirme sin hacer alusión a ese reclamo aparentemente novedoso y brutal que tantas y tantas películas llevan ahora. El 3D. Cualquiera que se haya dejado engañar alguna vez sabrá a lo que me refiero. Cuatro gotitas de sangre, algún trozo de tripa volando, y un efecto que más que hacernos creer que estamos dentro del film, nos marea. Punto. No hay más. El 3D en cines convencionales es una basura. 

Saw, tú antes molabas...

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Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
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