Nadie quiere ser nadie.

Qué será de mí dentro de unos años. Qué será de ti. El tiempo pasa lento pero inamovible, y no hay mayor agobio que saber que quieres hacer algo a contrarreloj, pero no saber lo que es. Ganar dinero, tener una familia, amar a una persona, ser respetado...Hay millones de retos esperando, y ante tal mar de elecciones, los indecisos nos ahogamos, o nos quedamos flotando a la deriva, esperando un barco que nos rescate.

No quiero ser náufrago, pero lo soy. Clamo por un poco de ayuda, pero tampoco quiero ser rescatado. Será que no me decido ni a decidir. El mar es un sitio perfecto para observar cómo la gente vive en su propia burbuja, intentando ser feliz, ajena a la miseria de las demás burbujas.

No culpo a nadie por ello. Casi lo envidio. Muchas veces, de hecho, yo también me dejo arrastrar por el seductor compás del grupo y me uno a él. También vivo en una burbuja. También olvido la miseria y me creo mi mentira, y entonces resulta que yo también quiero ser alguien. Que también tengo mis metas y mis objetivos, y que de repente, me veo luchando por ellos. De repente resulta que ya no soy un náufrago, sino que también soy uno más.

Nadie quiere ser nadie, reza el título. Sólo los náufragos carecen de retos, y la aceptación de los demás se convierte en una broma para ellos. Y, sin embargo, son los que normalmente consiguen levantar la expectación más genuina. Por todo ello, seguramente jamás seré un náufrago, sino un simple marinero que saltó por la borda por haber visto sirenas que no existían, y que ahora no sabe volver. Malditas las sirenas y maldita la ignorancia.

CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario

Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
Back
to top