Vacunas contra el vértigo cotidiano.

El vértigo. Esa sensación que te hace pensar que no va a funcionar. Que en cualquier momento vas a tropezar y caer por el barranco. Corazón acelerado y miedo. Definitivamente es algo que a nadie le gusta experimentar. Ojalá solo existiese en las cimas de las montañas.

Pero por desgracia, hay vértigo en cada segundo de nuestra vida. El miedo al rechazo, a las ilusiones rotas, a la sinceridad. El miedo a mirar a la vida de frente y sin complejos. Ése es el vértigo que se sufre de verdad, el que se lleva por dentro y se lo ocultas a los odiados, pero sobre todo a los queridos, porque sabes que ellos viven la misma mierda que tú y no debes preocuparles.

Cualquiera que lo haya sentido sabrá perfectamente de lo que hablo. Y sabrá también como yo, que la única vacuna efectiva contra semejante mal es el valor. Pero hasta que encuentre los huevos necesarios para decirle cuatro cosas a la vida, seguiré siendo el mismo indeciso con garganta amarga de siempre, y mi vacuna seguirá siendo la cerveza.

La vida es una triste montaña rusa, y el miedo de alturas no se cura con alcohol. El día pinta gris, y han dado aviso de lluvia. Hombres del tiempo que se creen adivinos del destino.

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2 comentarios:

Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
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