Subterráneo VI.

Cuando me dí la vuelta y vi aquel monstruoso gigante dando tumbos hacia mi posición, lo único que se me ocurrió fue gritar. Y no grité, rugí, porque mis cuerdas vocales ya no eran humanas. Un híbrido entre ser humano  y basura de toda clase, se dirigía hacia mí con lágrimas en los ojos, vomitando intestinos y clamando ayuda. Era como verse en un espejo. La doctora no solo había jugado a ser Dios conmigo, como me había dicho. Tenía un segundo juguetito también escondido en el sótano. ¿Cómo era posible que nunca antes hubiese oído sus gritos?¿Cuantos monstruos tendría escondidos en aquel lugar, detrás de cada una de las puertas de ese pasadizo de los horrores?

La puerta se abrió de golpe, dejando entrar a un policía sofocado y a una doctora horrorizada. Marilyn sabía que ese era su fin, que todo se había acabado. Que no había escapatoria posible. Que el hombre armado que tenía delante suya, iba a ser su verdugo. Intentó escapar, no lo voy a negar, pero solo consiguió que el policía disparase una bala contra su rodilla. Luego se volvió hacia nosotros.

Recuerdo aquella mirada de espanto. Aquel vómito de asco. Aquella llamada a emergencias. Aquellos análisis en los hospitales más prestigiosos del mundo. Aquellas exhibiciones en público. Aquel morbo que provocábamos entre las personas. Aquellas amputaciones y operaciones a corazón abierto para entender los mecanismos del suero de Marilyn.

Años más tarde me enteré de que Marilyn era la primogénita de una prestigiosa familia de científicos suecos, y que me había mantenido encerrado durante dos meses en el sótano de su casa, justo encima de un antiguo laboratorio radiológico. Una fracasada en medicina. Una apasionada de lo extraño y lo grotesco. Que todo aquello lo había montado para demostrar que era capaz de saltarse la evolución y crear una nueva y avanzada forma de vida, adaptada a todo tipo de hábitats. Todavía me están saliendo sus putas branquias.

Mi compañero de penas, en realidad no era un ser humano, sino un cerdo modificado genéticamente con mi propio ADN. Murió hace ocho meses, porque sus nuevos pulmones le aplastaron el corazón. Yo me encuentro actualmente en la planta de estudios avanzados de Dios sabe que hospital estadounidense. Intento enterarme de cada nueva noticia que me traen sobre Marilyn y su historia, pero sé que todo lo que me cuentan es mentira. Para ellos, tampoco soy un ser humano. Sigo siendo un objeto de estudio. Marilyn, me dejaste solo en este mundo. Te deseo lo peor.

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Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
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