Demonio verde.

Todos somos niños en lo más profundo de nuestro ser. Incluso el hombre más anciano y sabio del planeta es un niño. Yo sigo siendo aquel muchacho de pelo revuelto con ganas de volar. Todos somo niños porque nuestro propio corazón, el de todos y cada uno de nosotros, es como un niño, espera aquello que desea.


Otra cosa es que todos sigamos las pautas que dictan nuestros deseos. Quizás este es el mayor problema del ser humano, vendemos nuestros ideales con demasiada facilidad por algo que supuestamente hace que progrese nuestra querida esfera azul, pero yo creo que lo único que consigue es hacer que retrocedamos a un ritmo vertiginoso que acabará llevándonos al borde del abismo, momento en el cual no podremos dar marcha atrás. Sí, os hablo del dinero, ese demonio que habita en los bolsillos de la gente y que no permite el verdadero progreso, el de la naturaleza. El capitalismo, lagarto sediento de sangre, no hace más que provocar el derrumbe de la sociedad y de un planeta que nunca se ha merecido esto, y que lleva avisandonos desde hace ya un tiempo que se muere.


Se muere por los ideales vendidos de todos esos tiranos encubiertos que hoy llamamos políticos, que mientras se llenan sus carteras de caras de presidentes teñidas de verde, llenan el corazón de los ciudadanos de odio y enferman a la Tierra con "sus propuestas progresistas".


El problema de estos dirigentes es, que creyendo seguir los deseos que empezaron por querer tener un poder como los de Superman cuando eran unos imberbes llenos de esperanza, se ha transformado en algo mucho más poderoso y peligroso, ese egoismo que nubla sus conciencias y les lleva a continuar siendo unos niños eternos como todos, sí, pero malcriados y cegados por el dinero y las ansias de poder que matan al único lugar habitable de esta inmensa galaxia.

CONVERSATION

1 comentarios:

  1. jajaja, lo del capitalismo parece más mío que tuyo. Y tío, corrige lo de imberbe. xD

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Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
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