La policía encontró el cuerpo a las 00:12 p.m. el 1 de Enero de 2011. "Menuda forma de empezar el año" pensó el detective Márquez. Otra vez había llegado tarde. Zeus fue de nuevo más rápido que él; el cadáver mostraba la misma marca que los otros 4 cuerpos encontrados: una serpiente mordiéndose la cola, justo en el centro del pecho. Los asesinatos se habían producido siempre en condiciones, peculiares podríamos decir. Un anciano abrasado por la acción de una especie de rayo artificial, un matrimonio ahoracado con cadenas al rojo vivo mientras "celebraban" su aniversario, y un pobre atleta con sus propios pies arrancados y colocados en las manos. Y ahora esto, una devota religiosa tan hermosa que parecía que toda le belleza del planeta se había concentrado en un mismo cuerpo; bella muerte para una bella criatura: atravesada por 100 rosas de metal.

Iris salió de su casa dispuesta a celebrar el año nuevo con su novio. Eso sí, antes del encuentro debía confesar todos los pecados que había cometido aquel año, como dictaba su pagana religión. Jamás imaginó que algo que siempre había rechazado antes de la muerte de sus padres podía haberla guiado e iluminado durante el tortuoso camino aquellos dos largos años.

Mientras se dirigía a la casa del único párroco griego de la ciudad, sentía una extraña presencia que la incomodaba. A medida que apretaba el paso, la presencia se hacía cada vez más latente, por lo que echó a correr. Decisión incorrecta Iris.

Para cuando abrió los ojos ya estaba encadenada de pies y manos, y lo único que consiguió ver fueron 100 rosas plateadas en el otro extremo de la habitación en la que se encontraba. Se sentía confusa y aturdida; además ya no llevaba su precioso vestido rojo, sino una especie de túnica blanca y dorada, como aquellas pertenecientes a las diosas del Olimpo.

De repente y como por arte de magia, los afilados arpones de Cupido comenzaron a erguir sus puntas en la dirección de la joven. Iris intentaba liberarse con todas sus fuerzas de las cadenas, algo que resultaba totalmente inútil debido a la fuerza opresora que estas ejercían sobre sus débiles articulaciones. Toda su vida pasó por delante de sus ojos, incluyendo la terrible muerte de sus padres entre los artificios que ahora mismo la retenían, mientras una nube de oscuridad y horror se cernía mortalmente sobre su esbelta figura.