Walter II.

La crudeza que se respira en el aire me hace pensar que realmente no hay atmósfera, y los rayos del Sol llegan directamente hasta nosotros. Pero no es eso lo que se nota en el ambiente, sino odio.

Hace cinco minutos he estrellado el coche contra un árbol. No se exactamente donde me encuentro, pero ya da igual. Creo que me he atravesado el pulmón izquierdo con una rama. Me cuesta respirar y veo todo borroso. Calculo que me queda una media hora de vida, suficiente para acabar esta carta de arrepentimiento.

Antes de nada, decir que siempre te quise, querida, y que siento muchísimo todas esas noches en las que llegaba borracho. Y que siento todavía más el no haber estado a tu altura. Cuántas decepciones te habré hecho pasar, y cuántas lágrimas derramar.

También me gustaría disculparme con todos vosotros, amigos que siempre tuvisteis que aguantarme. Os doy las gracias por haberme ayudado. Y en especial a Félix, por haber conseguido que mi hermana haya tenido una vida feliz a su lado.

No podía despedirme sin mencionar al pequeño jefe de la casa. Hijo, creo que nunca me viste hacer nada bueno, nada de lo que sentirte orgulloso. No solo he sido un mal marido, sino que también he sido un mal padre. Por eso, nadie merece más esta carta que tú. Para que recuerdes que en el fondo de mi negro corazón, también había algo de bondad y de compasión. Dios, lo siento tanto...

A la persona que encuentre mi cuerpo:
Los dos cadáveres que hay escondidos en el maletero pertenecen a mi mujer y a mi hijo. El arma homicida está bajo el asiento. Walter, te odio, te odio con toda mi alma.

CONVERSATION

1 comentarios:

Jorge Mateo. Con la tecnología de Blogger.
Back
to top